OFFTOPIC: Cuidado con Telefonica

[BauHaus]

¿ACUERDO TRIPARTITO?

     Telefónica y el Ministerio de Fomento han cerrado su negociación sobre las tarifas telefónicas y han remitido esta semana un documento consensuado a la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), organismo encargado de regular la liberalización del sector en España y estrechamente vinculado al Gobierno español. El documento, que llegó
a la CMT el jueves día 2, contiene las nuevas tarifas telefónicas, que, al parecer, prevén una reducción del precio de las llamadas interprovinciales, provinciales e internacionales, del 15 %, 5 % y 12 %, respectivamente. También se menciona el nuevo coste de las llamadas locales de larga duración, que afecta a los internautas, que suelen mantener conexiones medias de más de 20 minutos. El acuerdo entre Telefónica y Fomento habla, en principio, de establecer una subida del 13,2 % en las llamadas superiores a 160 segundos, pero este extremo está sin
confirmar y puede verse sujeto a cambios. En este sentido la intervención de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones resultará decisiva. 
    La presión de la opinión pública y de las empresas y bancos que apuestan por el comercio electrónica, defendiendo la tesis de que un alza en las tarifas frenaría el desarrollo tecnológico y de Internet en España, han llevado a la intervención de última hora, pues no
estaba prevista, de la CMT. Este organismo, que preside José María Vázquez Quintana (un ingeniero de telecomunicaciones, considerado como un profesional honesto y de prestigio, nombrado para el cargo a instancias del Ministro de Fomento) dispone de 10 días hábiles, desde la recepción del documento, para pronunciarse sobre la cuestión. 
    A continuación, el tema saltará a la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, un organismo interministerial que se reune los jueves y que, por lo general, da la aprobación oficial a lo que se haya acordado. Dicha Comisión preparará una orden ministerial que entrará en vigor tan pronto se publique en el BOE.
    En definitiva: un eventual acuerdo sobre subidas entraría en vigor a finales de julio o agosto, en plenas vacaciones estivales, con la opinión pública desarmada y olvidada de temas candentes. La previsión de que la subida fuera en agosto también fue hecha hace varias semanas por el vicepresidente de Telefónica, Javier Revuelta. Pero, ¿cuál es la postura actual de las partes implicadas? En los últimos días ha habido un importante acercamiento de posiciones, y la redacción de “La Brújula” ha podido comprobar cómo existen ideas comunes que defienden todos ellos, lo cual, además de constituir una inesperada novedad, avala la impresión de que se está fraguando un pacto entre Telefónica, Fomento y la CMT, al margen de las asociaciones de usuarios y de la opinión pública.
    Los tres defienden que es necesario un “reequilibrio tarifario”, una expresión que disfraza la idea de bajar el precio en las llamadas internacionales (donde la competencia es brutal) y aumentar el de las llamadas locales (donde Telefónica no tiene competencia, después de
años en los que el tendido de líneas y cables se ha efectuado a costa del dinero de todos los españoles). En este capítulo sorprende la opinión de la CMT, que defiende el “reequilibrio” y alza de las llamadas locales para que las empresas de telecomunicaciones consideren atractivo entrar en este mercado y así impidan el monopolio “de facto” de Telefónica. 
    Este argumento, expuesto por fuentes de la CMT a “La Brújula”, tiene en el corto y medio plazo un claro perjudicado: el usuario, quien tendría que sacrificarse y pagar más, para que así hubiera más competidores en el mercado de llamadas locales. La posición de Telefónica sigue siendo la misma: “subidas locales que no penalicen a los internautas”. Ello da lugar a la idea de una tarifa mensual plana, que ahora será estudiada por la CMT. Fomento sigue, entretanto, fiel
al argumento, expuesto por José Manuel Villar, secretario general de Comunicaciones, de  “aumentar más del 50% en hora punta” el precio de la conexión a Internet. 
    En este contexto, diversos observadores destacan la influencia en el resultado final, de la presión de la opinión pública, dado que ninguno de los intervinientes en el proceso parece estar dispuesto a asumir el impopular papel de ser contrario al desarrollo de Internet en España.
 
Un saludo,
BAUHAUS

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